martes, 31 de enero de 2012

Martes de perros


Aquí estoy otra vez. No sé cuánto tiempo tardará la individua en darse cuenta de que he usurpado de nuevo su ordenador. Está intentando poner un poco de orden en la casa. Llevo toda la mañana asegurándome de que nada esté en su sitio para tenerla entretenida un buen rato.

Estos días ha estado actuando de una manera extraña. No mira teletipos ni escribe páginas para el periódico. Personalmente me alegro porque mi relación con la prensa nunca ha sido buena, especialmente con los periódicos enrollados. No duelen, pero interrumpen de golpe y porrazo mis periodos de actividad más productivos.

Algunas mañanas se va a un sitio que se llama INES o algo así. Debe de ser una discoteca nueva en la que ponen música rara de esa que le gusta, aunque a esa hora probablemente sea un 'after'.

Esa es otra, la música. Estoy empezando a hartarme de la música que me pone en el coche. El otro día me puso a Daniel Johnston y no estaba mal. Me gusta más sin arreglos. En uno de los viajes la hermana de la individua puso algunos temas de su Ipod. Tenía unos agudos de lo más armoniosos. Daniel aullaba y yo, ni corto ni perezoso, me puse a hacerle los coros. Se rieron un montón... No lo entiendo porque yo iba muy en serio. Que se ría, que se ría. Si la individua supiera cuánto me río yo cuando intenta cantar algo de Within Temptation cuando conduce... Es que me troncho, estoy por llamar a la MTV para que le pongan la cámara oculta esa que le ponen a los conductores que cantan.

Aún no he llamado a la MTV, pero ya le he creado un perfil en Facebook llamado "Señoras que escuchan a los Maiden cuando van al Mercadona". Es lo peor, está loca. Le he cogido cariño, sí, pero está como unas maracas.

Ve películas sin parar cuando tiene tiempo. Va de selectiva, pero yo la he visto haciendo posturitas delante de la tele cuando salen señores chinos que gritan y dan patadas todo el tiempo. Se queda mirando a la pantalla y dice: "Eso sí que es un caballo cuadrado". Está fatal, necesita gafas porque en la tele no hay ningún caballo, sino un señor chino con las piernas abiertas, los pies pegados al suelo y cara de haber comido pienso rancio.

Al menos lo de las películas tiene algo bueno. Conocí a mi novia en uno de sus viajes al videoclub. Esa es otra historia porque no me gusta hablar de mi vida privada, prefiero airear los trapos sucios de otros.

La verdad es que con esta tengo material de sobra. Es una ególatra. Desde que va al INES se dedica a repartir papeles con letras y su foto en una esquina. Sale fatal en las fotos - las de carné son especialmente terroríficas -, alguien debería decírselo, así que no entiendo ese empeño. Allá ella, hace mucho tiempo que dejé de intentar entender su comportamiento.

¡Uy, ahí viene! Aprovecharé que está limpiando la habitación para tirarme en el sofá ahora que no me ve. El otro día yendo de paseo nos encontramos con un señor que fue alcalde. Nos dijo que a muchos políticos se les ocurren las mejores ideas cuando pasean. Yo he decidido que si me viene una idea, mejor me tumbo al sol hasta que me pase, no sea que acabe de alcalde o algo peor.

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