martes, 13 de diciembre de 2011

Perreando




Me presento. Soy Kumo, al menos en este momento. Mi nombre cambia según a quien incordie. También respondo por Mazinger, Cabezón, Meónidas, Atila, Tinkerbell, Pestulfo y otros que ahora mismo no recuerdo. He decidido escribir unas letras para presentarme y animar un poco este blog ahora que la individua está echando una partida con la x-box. Está enganchada .



Llegué a esta casa como pude llegar a cualquier otra. La individua había ido al rastro de Sabinillas para buscar discos de segunda mano y alguna antigüedad de pega. Nunca se había planteado lo de meter a un perro en casa. Tan pronto como se le pasaba la idea por la cabeza se buscaba mil excusas para decirse "no" a sí misma...Hasta que vio a mi hermano en una caja.



La promiscuidad de mi madre y un descuido de su amo dio lugar a mi camada. El amo no quería nada de perreras y, al parecer, era poco amigo del genocidio, así que metió a mis hermanos en una caja de cartón y los llevó al rastro para buscar algún pringao que se hiciera cargo de ellos. Otro y yo nos quedamos en el banquillo. Esta pasó y cometió el error de coger a mi hermano en brazos. Fue un flechazo...Por parte de ella, claro, porque él andaba aún medio cegarruto y lo mismo le daba ocho que ochenta. La individua a veces no es tan inconsciente como parece, y en lugar de llevarse al chucho pidió el móvil al amo para pensárselo.



Llamó al día siguiente para preguntar por el perro negro. Lo habían dado. Vino a ver los dos que quedábamos con la esperanza de que fuésemos espantosos. La miré, hice mi caída de ojos especial e incliné la cabeza a un lado en señal de sumisión (es totalmente falso que se me descolgara sola porque era desproporcionada en relación a mi cuerpo, siempre he sido perfecto). Cayó a mis pies. Con el tiempo he ido descubriendo lo manipulable que puede llegar a ser.



Cuando salí al mundo causé sensación. No pesaba nada y esta me llevaba envuelto en un jersey que se ataba a la cintura para poder coger el móvil. Mientras me clavaba los huesos de la pelvis al caminar, comenzaba a tramar mi venganza. Notaba que los dientes estaban al llegar y entonces sería poderoso.



Me he ido adaptando. Podía ser peor. Como, duermo y me escudo en mi corta edad para hacer lo que me da la gana donde me da la gana. Soy un perro privilegiado. Tengo acceso a la información diaria en tiempo real. Sé lo que ocurre a mi alrededor, no como otros perros que no tienen elementos para formar sus propias opiniones. Mi opinión sobre Urdangarín me la reservo.



De todos modos, hay cosas que no entiendo. Me desconcierta esa obsesión por la fregona. Yo como, bebo y dejo que la naturaleza siga su curso. Cuando llega en momento, me siento ligeramente sobre las patas de atrás y pongo la cara de circunstancias que la situación requiere. Ella grita. No sé por qué, la cara se la he copiado, es como la que pone cuando escribe ese periódico en el que luego yo...En fin. Termino con la satisfacción del deber cumplido. La vida es dura: Mi obra nunca vive lo suficiente para que la contemple el mundo. La envidiosa esta llega corriendo con un trozo de papel en una mano y la fregona en la otra. Arte efímero lo llamo.



Me esfuerzo en cultivar mi personalidad. Es lo que nos queda a los que no tenemos raza ni nada que se le parezca. A veces la gente es cruel. La mismas vecinita que antes se mataba para achucharme ayer me miró y dijo: "ah, ha crecido". No te jode, y tú también, pero yo al menos tengo la delicadeza de no reprocharle a alguien aquello contra lo que no puede luchar.



La individua piensa que me estoy asalvajando. Ha comprado un libro de un tipo que sale en la tele. Es algo de educar a los perros. Lo he visto y me han dado escalofríos. No tienen bastante con esterilizar a los míos. Ahora quieren castrarnos psicológicamente. Me he dedicado en cuerpo y alma a impedir que lea esa abominación. Cuando ha llegado a la página "Mi perro muerde" he hecho la cobra y le he pegado al libro semejante bocado que casi me dejo la mandíbula. Prefiero la literatura rusa, la verdad. El otro día le metí un mordisco a 'El maestro y Margarita' y sabía mucho mejor. En cualquier caso, esto era una urgencia.



Mírala, ahí sigue, con el Batman Arkham City. Le estoy cogiendo el gusto a esto de escribir, pero lo dejo, no sea que esta se de cuenta y me ponga a montar páginas. Además, el libro no dice nada de "Tu perro usurpa tu blog", así que de vez en cuando me dejaré caer por aquí.




Nos vemos